En un abrir y cerrar de ojos concluyen las glorias terrenales.
¿Quién autoriza la frase?¿Quiénes son sus padrinos? El nombre de los avalistas poco importa cuando la experiencia emite su diáfano veredicto. Además. Las preguntas aquí escritas y las que surgen formuladas por la ciencia o el miedo, casan con la única respuesta cortejada: Ha llegado la certeza.
Esta época me da vida, dice la muerte.
Juan Valdés Leal: El triunfo de la muerte (In ictu oculi, 1672).
Juan Valdés Leal: Finis gloria mundi (1672).
Vanidosa, sarcástica, presente y omnímoda, la muerte goza de viva memoria y de una curiosidad inquisitiva. Es previsora, discreta, incluso sobria hasta la entrañable modestia, en el aspecto; viaja con equipaje de mano a la sombra del mundo y observa antes de hacer acto de presencia al final del trayecto.
La balanza en equilibrio es señal de paz: ni más en contra, ni menos a favor. Ahora ya es cosa de tiempo que el recuerdo nos añore.